Ir al contenido principal

Justicia vengativa



Esta columna no está a favor de  los presos de ETA. Sino a favor de los derechos de los presos de ETA. Esto  va de lesa humanidad. Y sí, ya sé que me meto en un sembrao, que entro en una ciénaga contaminada de palabras estafadas. Pero a veces los precipicios  no tienen fondo.
Hay en estos momentos 349 presos y presas  vascas en 74 prisiones de España y Francia. El 50% de ellos se encuentra a una media de 700kms de su lugar de origen. Eso significa que su familia recorre en un año 40.000 kms  y que se pueden gastar hasta 12.200 euros en desplazamientos. En ello invierten 439 horas  de vida. Vida que no es vida para esos familiares penados sin razón alguna y utilizados como chantaje punitivo por un Estado que incumple el Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Públicas donde se reconoce el derecho  a la vida familiar de las personas en prisión. Esos familiares son como usted y como yo: ancianos, jóvenes, niñas, adolescentes. Gente que comulga o no con la ideología de “su preso”. Gentes condenadas a pagar por lo que no han hecho. Rehenes de un Estado vengativo que, pese a que ETA ha dejado de tirar de gatillo, no olvida. Porque olvidar significa dejar de rentabilizar a los muertos.
Muchos presos deberían estar en libertad. Porque ya han pagado. Pero ahora se les pide arrepentimiento y perdón, categorías morales que no contempla la jurisdicción que les ha condenado. Exigencias políticas para mantener un conflicto del que muchos aún comen caliente cada día. Y sí, quizás usted piense lo mismo. Pero puestos a exigirlo, el arrepentimiento, por qué no solicitarlo a los violadores en libertad, a los pederastas asesinos, a los banqueros  saqueadores,  a los asesinos en serie. Ahora mismo, muchos de ellos se están echando unas cañas. A la salud de una justicia que suena como una melodía muerta.

Artículo publicado en Noticias de Navarra el 23 de enero de 2017



   

















Comentarios

Entradas populares de este blog

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorados de

Mario Gaviria, de trago largo y coito corto

Mario en 1998 un café de Madrid, con 60 años. Foto: Miguel Gener Quizás, para mucha gente, Mario Gaviria, fue un desconocido. Ese ribero de Cortes, sociólogo para mas señas y arquero del primer ecologismo navarro, falleció el pasado sábado a punto de llegar a los 80. Él cumplió con aquello de no ser profeta en su tierra. Quizás no supo tomar las precauciones necesarias para ser un mal comprendido. Y es que mientras el viejo régimen de UPN gobernó esta Comunidad, este alumno de Henry Lefevre, antiguo consultor de las Naciones Unidas en África, autor de 40 libros y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2005, fue sistemáticamente invisibilizado. Quizás por eso miró a Zaragoza, donde trabajó intensamente en proyectos urbanísticos y medioambientales como la traída del agua del Pirineo para abastecer la ciudad o el diseño del barrio de viviendas sociales y ecológicas del Parque Goya. Mientras tanto,   aquí se le negaba el reconocimiento que él nunca buscó. Hasta que en 2006, el Colegio d

Ego, las trampas del juego capitalista

"Es hora de pensar en una vía de salida, de nuevos modelos altruistas y de colaboración que no conviertan cada uno de los aspectos de nuestra vida en una ecuación matemática". Porque la codicia y el juego son estímulos suficientes para el juego d ella vida.  Conjuguen esta lectura con la serie, Juego de Tronos y verán como lo que nos mueve, en una u otra dirección es el miedo. Como dice Jesús Aller " Nadie entiende lo que ocurre y los políticos que están a cargo del asunto se refugian en clichés:  “No hay alternativa” ,  “Si fracasa el euro, fracasa Europa” . La realidad es que han perdido el control, porque lo que se despliega son simplemente las estrategias de una guerra no declarada entre los estados y las entidades globalizadas del mercado financiero, que actúan simbióticamente con el gobierno de Estados Unidos. La última crisis no fue en este sentido una situación excepcional, sino una batalla más del conflicto.   Los políticos aceptan que en este enfrentamient