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Dakar 2015


Veo a esos aventureros de rebajas, arrasando las tierras del África más jodida,  subidos en una moto que brama en el desierto, y se me mueven las vísceras. No se a qué están esperando algunas organizaciones para meterle mano a  ese impresentable rally que lleva   años escupiendo arena ardiente sobre la memoria ultrajada de un continente. Cada vez  que las televisiones  de ciento sesenta y cinco países muestran esas imágenes de coches llenando de polvo las aldeas empobrecidas por las que atraviesa el París-Dakar, siento un escalofrío de indignación.
Esa carrera de pijos  insensibles  recorre ocho mil kilómetros por tierras de miseria y  hambruna, tantos como   los que tenía la travesía forzada que un día emprendieron  los esclavos que partían de Dakar rumbo a América para ser explotados y aniquilados por la colonización blanca. Hoy, Europa se blinda ante la inmigración de los “sinpapeles” y  “muertosdehambre” africanos pero se permite el lujo de organizar un rally que mueve veinte mil  millones de pesetas de las antes sin pedir permiso para ocupar la belleza de sus tierras. No me digan que no hay nadie que sea capaz de poner límite a tanto cinismo. ¿ O es que  la burla hacia ese continente lo ha rebajado todo al rango de pretexto?

Al margen de la infamia del asunto, ¿Saben ustedes que se puede hacer con esos millones en África?.  Pues nada más y nada menos que: abastecer de agua potable a tres millones de personas, construir treinta y cinco hospitales para eliminar el cólera, la malaria, la paratifoidea, las disenterías y  amortiguar los terribles efectos del sida, dar de comer diariamente a ciento cincuenta mil  personas durante un año, vacunar a cincuenta mil niños y niñas contra la polio y construir cinco escuelas infantiles. Así de claro. Pero esto es pura utopía, añoranza paleomarxista y ganas de joder la manta a los amantes de ese arriesgado deporte. Pues bien, así es; pero me acuerdo de los doscientos millones de esclavos negros que murieron a lo largo de la travesía comercial humana más sangrante de la historia y creo que el Dakar sigue formando parte de la ceremonia de  ese exterminio.




Posdata: Columna escrita en diciembre de 2003 y publicada en Diario de Noticias de Navarra. Dentro de cinco días, el 4 de enero de 2015,  comenzará una nueva edición de este rally que en 2008, debido a las amenazas terroristas, cambió las sabanas africanas por las estepas de la Sudamérica mestiza y pobre. Volvería a escribir la misma columna y donde puse Africa pondría la América deprimida y exprimida por las multinacionales que patrocinan este evento que solo satisface los instintos más voraces y menos solidarios del planeta.


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